quarta-feira, dezembro 15, 2010

La mentira -The lie


Cuentan que un padre de familia fue a un parque de diversiones con sus dos hijos, uno de 3 años de edad y el otro de 6 años. La entrada tenía un costo de 5 dólares para los niños menores de 5 años y de 10 dólares para los niños mayores de 5 años. Cuando se acercó a la taquilla donde vendían los boletos, el taquillero le preguntó:
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- ¿Cuál es la edad de los niños?
El hombre le respondió: - 3 y 6 años.
El taquillero le replicó:
- ¿Es usted tonto? Me ha podido decir que tienen 3 y 5 años y pagar sólo la tarifa de 5 dólares. Ahora que me dijo la verdadera edad de sus hijos, tendré que cobrarle más.
¿Acaso cree que alguien se hubiera dado cuenta?
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El padre le respondió:
- Sí, mis hijos.
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Las mentiras pueden socavar la credibilidad, puede desintegrar relaciones y corroer la confianza. Las mentiras nos humillan, nos deshonran, y nos hace preguntarnos si la persona que nos mintió, alguna vez nos ha dicho la verdad.
El aspecto central de la mentira es que al hablar, creamos el mundo que queremos ver. Aunque las llamemos mentiras piadosas, cuando lo que decimos no es la verdad, es una mentira.
 

¿Por qué mentimos?
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Mentimos porque sinceramente creemos que es lo mejor que podemos hacer para nuestro beneficio en ese momento. Vivimos en un mundo de engaños. Las mentiras tienen influencia en la historia y persuaden a la gente. La mentira está cobrando aceptación como una filosofía de vida, que además la están recibiendo nuestros hijos, y como resultado, ellos también mienten. Pronto esta generación pasará a ocupar cargos de liderazgo, empezará la actividad laboral, entrará al mundo político y al sistema educacional, y se convertirán en madres y padres.
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La mentira más seria es cuando es otro el que miente. A nadie le agrada admitir que mintió. Sea que nos abstengamos de decir la verdad o que digamos una media verdad, a veces mentimos. Nuestras razones incluyen lo siguiente: Mentimos para preservar nuestro sentido de dignidad. Queremos parecer mejores de lo que somos porque queremos agradar a los demás. Exageramos las circunstancias para inflar nuestros egos o para esconder nuestra vergüenza, temor y desilusiones. Tal vez sea demasiado vergonzoso o doloroso confrontar la verdad sobre otros o sobre nosotros mismos. Mentimos para evitar que nos descubran. Al decir medias verdades intentamos que nuestro cónyuge o nuestros padres no descubran una vida secreta, una aventura amorosa, gastos excesivos o drogadicción. Mentimos para obtener un beneficio financiero.
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¿Por qué creemos las mentiras?
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Nos han enseñado a confiar. Enseñamos a nuestros hijos que es importante confiar. La confianza es el mejor regalo que un cónyuge le puede hacer al otro. En realidad, la confianza es algo crítico en toda relación, sea entre amigos, empleado-empleador, el presidente de un país y su pueblo, padre-hijo, marido-mujer. Cuando alguien no dice la verdad y lo descubrimos, la relación se desintegra.
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Los mentirosos triunfan al seducir nuestra confianza y luego al violar esa confianza. Después, asumen control penetrando en nuestra realidad y nos imponen la realidad de ellos. Nos dicen que lo que vemos, creemos, oímos y sentimos es falso.
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Y porque queremos creer, dejamos en suspenso nuestra incredulidad y creemos, una vez más. Las mentiras nos apartan de nuestra búsqueda de la verdad y desintegran nuestra integridad. El engaño es como una violación física pero invisible. En vez de ser un ataque físico, las mentiras atacan la mente y hacen impacto en el espíritu. Si el mentiroso es alguien ante quien hemos desnudado nuestro cuerpo o nuestra alma, el dolor nos llega a inmovilizar. Uno comienza a dudar de uno mismo y comienza a cuestionarse en cuanto a los conceptos aprendidos sobre amar y confiar.
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La sanidad de heridas mentales y espirituales no sucede de la noche a la mañana. Volver a tener confianza es algo que cuesta. No podemos escapar de la realidad de que vivimos en un mundo de engaño. No podemos hacer que otros dejen de mentir. Pero sí podemos convertirnos en personas que buscan la verdad y tienen discernimiento en cuanto en quién confiar y cuánto confiar.
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"No des falso testimonio en contra de tu prójimo" Deuteronomio 5:20
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"Mi boca expresará la verdad, pues mis labios detestan la mentira" Proverbios 8:7
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"El testigo verdadero jamás engaña; el testigo falso propaga mentiras" Proverbios 14:5
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"El ingenuo cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde va" Proverbios 14:15
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"Una respuesta sincera es como un beso en los labios" Proverbios 24:26
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"No testifiques sin razón contra tu prójimo, ni mientas con tus labios" Proverbios 24:28

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They say that a parent went to an amusement park with her two children, one 3 years old and the other 6 years. The entrance was a cost of $ 5 for children under 5 years and $ 10 for children over 5 years. As he approached the ticket office where they sold the tickets, the ticket clerk asked
- What is the age of the children?The man replied: - 3 to 6 years.The ticket agent replied:- Are you stupid? I could say you have 3 to 5 years and only pay $ 5 fee. Now that I said the true age of their children, I have to charge more.Do you think someone would have noticed?
The father replied:- Yes, my children.
Lies can undermine credibility, can disintegrate and erode the trust relationships. The lies we humiliate, disgrace us, and makes us wonder if the person lied to us, ever told us the truth.The focus of the lie is that when we talk, we create the world we see. Although we call them white lies, when we say not the truth, a lie.
Why lie?
We lie because we sincerely believe that is the best we can do for our benefit at the time. We live in a world of deception. Lies have influence on the history and persuade people. The lie is gaining acceptance as a life philosophy, which also are receiving our children, and as a result, they also lie. This generation will soon occupy positions of leadership, starting work, enter the political world and the educational system, and become parents.
The most serious lie is when someone else who is lying. Nobody likes to admit he lied. Let us refrain from telling the truth or say a half-truth, sometimes we lie. Our reasons include the following: We lie to preserve our sense of dignity. We look better than we are because we want to please others. Exaggerating the circumstances to inflate our egos or to hide our shame, fear and disappointment. It may be too embarrassing or painful to confront the truth about others or ourselves. We lie to avoid being caught. Half-truths to try to say that our spouse or our parents did not discover a secret life, an affair, spending sprees and drug addiction. We lie for financial gain.
Why believe the lies?
We have been taught to trust. We teach our children the importance of trust. Confidence is the best gift that a spouse can do to another. In fact, trust is critical in any relationship, whether between friends, employee-employer, the president of a country and its people, parent and child, husband-wife. When someone is not telling the truth and discover the relationship disintegrates.
Liars succeed in seducing our trust and then to violate that trust. Then, take control penetrating our reality and we impose the reality of them. We say what we see, think, hear and feel is false.
And because we believe, we suspend our disbelief and believe once again. The lies keep us from our search for truth and disintegrate our integrity. Cheating is as a physical violation but invisible. Instead of being a physical attack, attack lies and strike the mind and spirit. If the liar is someone with whom we have stripped our body or our soul, the pain comes to be immobilized. You start to doubt yourself and begin to wonder about the concepts taught on love and trust.
Mental health and spiritual wounds does not happen overnight. Regain confidence is something that costs. We can not escape the reality that we live in a world of deception. We can not make others stop lying. But we can become people who seek the truth and have insight about who to trust and how trust.
"Do not give false testimony against your neighbor" Deuteronomy 5:20
"My mouth will utter truth, for my lips detest lies" Proverbs 8:7
"A true witness never cheats, the lies spread false witness" Proverbs 14:5
"The naïve believes everything they say, the prudent will be fixed where" Proverbs 14:15
"An honest answer is like a kiss on the lips" Proverbs 24:26
"Do not testify against your neighbor without cause, or lie with your lips" Proverbs 24:28



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